Soñé que no eras más un sueño.

Reality is wrong. Dreams are for real.

-Tupac Shakur

Era un anfiteatro, pequeñito. Se llamaba Casa de Teatro, pero era en El Malecón, lo sé por las palmeras y las olas. No sé cómo llegamos ahí, ni siquiera recuerdo cuándo empezó. Cantaba una muchacha joven, con pelo muy rizado, tipo afro [pajón, dicen algunos]. La música era mezcla de jazz con rock fresita, no había mucha gente. Nos sentamos en la fila del final a la derecha, detrás de un jovencito que resultó ser músico-compositor-vocalista, un hippie con su barba y sus violines. Estabas muy radiante, no te imaginas cuánto! Siempre te gustaron los conciertos y siempre te pusiste tan contenta cuando asistimos a alguno. La jeva que cantaba debió ser de tus favoritas, pues sabías todas las canciones de memoria, y yo ni las melodías recuerdo -qué extraño, no?

En un momento salí del local, con paso acelerado, crucé por un parqueo lleno de Civics plateados, y llegué hasta mi casa, a la sala, al librero. Tomé un libro pequeño con solapas dobles tanto en la portada como en la contraportada y corrí de vuelta. Al entrar ya no cantaba la muchacha de los rizos, sino que tocaba un pana con una flauta que me pareció veneciana [luego indagué que no existe tal cosa]. El musiquito estaba sentado a tu lado, yo celoso, él inspirado hablándote de quién-sabe-qué, tú absorta y yo celoso. Al verme llegar detuvo su narrativa de conquista, me cedió el asiento y abandonó el salón. Te extendí el libro que fui a buscar, me sentía sumamente orgulloso de mi hallazgo.

En las solapas estaban escritas con tu letra todas las canciones que cantaba la pajonuda, y en ese momento ella subió al escenario a acompañar al flautista veneciano. Cantamos al unísono el resto de la noche, leyendo tus canciones en mi libro, cuyo autor era Benedetti, uno de tus favoritos, sino el que más.

Estabas tan radiante esa noche!

Nuzz

Lloviendo sobre mojado.

“The best thing one can do when it’s raining is to let it rain.”

Henry Wadsworth Longfellow

Ya me lo había dicho, reitaradas veces, y quizás en algún punto dudé que así sería. Pero el agua hay que dejarla correr, tarde o temprano esta encuentra el curso adecuado y todo regresa a su lugar. Viene la tormenta, acaba con todo, el viento es implacable y las horas eternas. El oleaje indomable golpea con fuerza, socava los cimientos, destruye voluntades. Y sube el nivel, mientras nadas, intentas nadar, tratas de llegar a la costa y el océano es una gran masa que devora tus energías, te consume, te destruye.

Una vez aprendes a dejarte llevar, a dejarte arrastrar, a fluir sin un fin, las cosas lucen un poco más claras, el aire es más puro, las estrellas brillan más. Descubres tu propia orilla y aprendes a disfrutar de la arena en tus pies. Tranquilo contigo mismo, en paz con los que te rodean, sin remordimientos, sin cargos de conciencia, sin miedo a mirar a todos a los ojos. Una vez llega el amanecer, la locura de la noche previa parece una pesadilla más. Cuando la lluvia cesa, sale un sol que envuelve tus sentidos, y descubres que tus sueños y tus acciones están hechos de los mismos materiales.

Soy producto de mis hechos, consecuencia de mis causas, resultado de mis acciones. No puedo modificar el pasado que me trajo hasta aquí, pero estoy 100% seguro de que aprendí a actuar mirando hacia el futuro. Es de las pocas cosas no me pueden ser arrebatadas. Fin.

Nuzz

Amante oportuno.

Ñeñeñé

-Yo a Ariadna, queriendo decirle “Ñeñeñé

Declaro de manera oficial que estoy profundamente enamorado. No, no es de Jessika -“Sparkling” García [ella me lo tiene terminante prohibido], aunque ya quisiéramos algunos [¿muchos?] que así fuera. Mi amor es algo menos empalagoso, menos palpable, más egoísta. Cuando uno se enamora de otra persona, por lo general se inventa un ideal repleto de virtudes y bondades. Ya saben, el castillito de barajas sobre la nube inexistente. Luego [a veces después de muuuuucho tiempo] la entropía natural del Universo va mermando ese constructo hasta convertirlo en lo que “el/la otro@” en realidad es. Un ser humano que defeca, peca y miente, a pesar [o en vez] de ser adorable. Sin más. Sin menos.

Yo tengo la suerte [tomé la decisión] de enamorarme perdidamente de la realidad misma, sin adornos, ni decoración ni parafernalia innecesaria. Me gusta lo que veo, lo que siento, lo que pienso, la vida, mi vida, esa sucesión de eventos encadenados que forman mi existencia. Me enamoré de mis días, de las horas de esfuerzo, la música y los momentos, las miradas furtivas, el cuerpo del presente [quizás más de uno], el ahora, este instante, mis libros, mis poemas, mi prosa, los kilómetros. Amo lo que soy, lo que fui para llegar a serlo, lo que he logrado con las herramientas que me fueron dadas. Disfruto los sucesos escondidos entre los dobleces de las horas, entre las páginas de internet y en Twitter o Facebook. Dejé de amar ideales, fantasmas, promesas, potenciales, supuestos o memorias [excepto, obviamente, la de Carolina Rodoli]. Lo que ves es lo que hay. Punto.

Nuzz

El principio de un largo [y maravilloso] camino.

“No hay problema, hiciste lo que creíste correcto… Solo que resultó no serlo.”

-Rick Grimes, The Walking Dead

Si miramos bien [enfocados en el “mediano-largo plazo” (para mostrar que ya uso jerga económica)], nuestra historia apenas comienza. Después de todo, aquí estamos, y esa es la muestra más irrefutable de que no ha salido para nada mal. Una vez tengamos tiempo para recapitular juntos los altibajos usuales, las peripecias y ademanes, el aprendizaje mutuo de lo que en realidad (allá en el fondo, donde poc@s llegan) somos; veremos que era necesario, indispensable, inevitable pasar por todo esto para poder decirnos con cierta satisfacción “Tanto que te lo dije!”.

Mi blog no dejará de irradiar palabras a tus ojos, tu luz no se apagará jamás en mi memoria, por más vueltas que le des al mundo, por más versos que te escriban otros, por más refugio que encuentres en otros brazos. Nacimos para esto, lo juro! Para ser una caricia indecisa, unas gotas nocturnas golpeteando el parabrisas, una canción, eso! Una canción que se repite, pero que suena cada vez distinto, cada vez más fuerte, más alegre, más tú, más yo, más nos. Pausa. Somos, juntos y por separado, lo mejor que nos pasó en mucho tiempo, salpicado ocasionalmente por un ligero pesimismo o una decepción al detalle. Reímos, conversamos y sobretodo, nos creemos. Ese es el andamiaje que sostiene lo que somos. El humor, la afinidad y la confianza.

Si miramos de cerca, parecerá que las cosas no salieron como esperábamos… pero esos son solo los troncos, el follaje, la miopía cortoplacista de la desesperanza. Play. Mira de lejos, sube lo más alto que puedas y dale un vistazo al bosque ante tus pies y dime: dónde me ves en ese plano de tu longeva vida? Estoy en el horizonte? En todos lados? En un punto específico? O no logras verme at all? Te digo que veo yo? Veo un porvenir de sonrisas automáticas, de manos temblorosas, de afianzamiento de los cimientos, de largas noches en vela maravillados por los engranajes que pusieron en marcha esos eventos que nos juntaron, agradecidos de la vida por cada aliento que nos quita y cada palpitación acelerada ante la presencia, existencia y cercanía de uno y otro. Veo que es el principio de un largo camino que ya no podemos [ni queremos] dejar. Y tú?

Nuzz

Masoquismo inercial.

“Que el entrenamiento sea tan duro, que la guerra parezca un descanso.”

-No sé

Quiero sufrir, que el dolor atraviese mi cuerpo de pies a cabeza. Quiero morderme la lengua para no llorar, que me duelan las piernas de tanto correr, quiero mis ojos rojos de tanto aguantar. Quiero punzadas profundas, tensión incremental, presión en los músculos, cansancio, agotamiento, penurias, trabajo, pesar. Quiero un océano de fuego que cruzar, una cama de espinas para no dormir, quiero lluvia en el camino, viento en las noches, agua fría en la ducha, tener sed insaciada, hambre incontrolable, clavos en los pies, callos en las manos, pavor, insomnio, espanto, terror. Quiero que el dolor acompañe cada hora del día. Pero.

No busco sufrimiento como un fin en sí mismo, no quiero dolor por el placer del dolor, no pretendo quedarme revolcándome en llanto y lágrimas. No. Quiero que me duela porque vale la pena. No me entienden. “Si vale la pena quizás debe doler” no es lo mismo que “Como duele, debe valer la pena“. NO! Quiero fijar BIEN altas mis metas, y luchar por alcanzarlas, todas, comerme el mundo, derribar murallas de hielo que obstaculizan mi visión, mi avance, mi camino a esa gloria personal. Y ese camino necesariamente es doloroso, sufrido, empinado, terrible. Y ese camino es que pretendo tomar. No quiero un masoquismo por mala costumbre de infancia. Quiero que duela, pero simplemente para poder decir que lo superé. Eso.

Nuzz

Advice for the young.

Entre los comentarios leídos en un artículo  de The Economist encontré las siguientes recomendaciones para la gente joven [les debo la traducción, estoy vago… :)]:

1. Find something you enjoy in life. Something you would spend a lifetime pursing for sheer fascination.

2. Find something that you are good at. And can work to achieve, to excel, and become world class. Study not at the best academic universities, but at centers of particular excellence in your field. Meet the world’s experts. Cultivate friendships and network. It may be a small workshop in Mongolia. Or a bakery in Paris. Or a farm in Iowa. Or Wayne State University instead of Harvard. Sometimes your education does not involve academia and universities. It may instead involve travel, trade and terroir.

3. Find a career or vocation in that field that someone will pay you for. And enjoy every day of work because you love your job -and secretly know you would otherwise work for free. And be aware that your value to the organization will be many-fold more than your salary because of your passion.

Fulfill all three and pursue THAT as a course of study. Take wide ranging courses from many disciplines to integrate your expertise.

Excelente! De paso, en esos premios eligieron a Junot Díaz como uno de los MacArthur Fellows de 2012, algo de lo que los medios de comunicación dominicanos no se han hecho eco. Cambio y fuera.

Nuzz