Lloviendo sobre mojado.

“The best thing one can do when it’s raining is to let it rain.”

Henry Wadsworth Longfellow

Ya me lo había dicho, reitaradas veces, y quizás en algún punto dudé que así sería. Pero el agua hay que dejarla correr, tarde o temprano esta encuentra el curso adecuado y todo regresa a su lugar. Viene la tormenta, acaba con todo, el viento es implacable y las horas eternas. El oleaje indomable golpea con fuerza, socava los cimientos, destruye voluntades. Y sube el nivel, mientras nadas, intentas nadar, tratas de llegar a la costa y el océano es una gran masa que devora tus energías, te consume, te destruye.

Una vez aprendes a dejarte llevar, a dejarte arrastrar, a fluir sin un fin, las cosas lucen un poco más claras, el aire es más puro, las estrellas brillan más. Descubres tu propia orilla y aprendes a disfrutar de la arena en tus pies. Tranquilo contigo mismo, en paz con los que te rodean, sin remordimientos, sin cargos de conciencia, sin miedo a mirar a todos a los ojos. Una vez llega el amanecer, la locura de la noche previa parece una pesadilla más. Cuando la lluvia cesa, sale un sol que envuelve tus sentidos, y descubres que tus sueños y tus acciones están hechos de los mismos materiales.

Soy producto de mis hechos, consecuencia de mis causas, resultado de mis acciones. No puedo modificar el pasado que me trajo hasta aquí, pero estoy 100% seguro de que aprendí a actuar mirando hacia el futuro. Es de las pocas cosas no me pueden ser arrebatadas. Fin.

Nuzz

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