Oscar Iván contra La Montaña

But that’s how it goes with runners: through pain we find serenity.

The Terrible and Wonderful Reasons Why I Run Long DistancesThe Oatmeal

El fin de semana largo del día del trabajador subí al Pico Duarte, y antes de contar mi odisea hay una sola cosa que resaltar: logré cada uno de los objetivos que me fijé para este viaje

  • Menos de 4 horas a Agüita Fría ✅
  • Menos de 5 horas a Compartición ✅
  • La Ciénaga –  Cima –  Compartición el mismo día ✅

Ahora el cómo:

La travesía fluyó sin percances más o menos hasta El Cruce, e incluso a Agüita Fría llegué con algo de holgura respecto a mi meta: 14 km en 3h51m. De ahí en adelante todo fue caos, sufrimiento, lágrimas, sudor, frustración, dolor y, lo más importante, un inmenso orgullo propio.

Los únicos eventos puntuales que vale la pena resaltar: (1) en Agüita Fría no vi agua, y ya venía seco desde hacía más de un kilómetro, me salvó una mandarina que me supo a gloria, me supo a batida de cuerno de unicornio, a leche materna de la misma Atenas; (2) contrario a lo que muchos creíamos, desde Agüita Fría hasta Compartición (4.2 km) NO ES UN TRAYECTO MONÓTONAMENTE BAJANDO, hay pendientes endemoniadas que te sacan el alma, y este hecho tuvo el agravante de que me programé mentalmente para un tramo de 4 km suaves luego de la tortura de los 14 previos; (3) el tramo de los 2 km justo antes del Valle de Lilís lo diseñó Satanás mismo, a solicitud de mi ex novia para castigarme por todo el dolor que le causé, algo inhumano que debería estar prohibido.

Ahora a filosofar un poco: llegar a Compartición 2 MINUTOS antes de mi meta de 5 horas no cumplió del todo con mis expectativas, pero igual fue un hito reconfortante, satisfactorio y un logro del que me sentí bastante orgulloso. De ahí en adelante, el trayecto hasta la cima (luego de descansar exactamente 25 minutos) estuvo lleno de sensaciones, emociones y pensamientos que desbordaron mi ser en varias ocasiones. De más está decir que mi cuerpo estaba trabajando al límite, cada fibra de cada uno de mis músculos gritando que me detuviese y regresase a la comodidad de Compartición, que agarrase un mulo o que me tirase a un lado del camino a esperar el roce de la brisa de la muerte enamorada. Solo la mente y VARIAS paradas (más de 40 en total) me mantuvieron de pie y avanzando MUY lentamente. 

En ocasiones la música me transportó a un universo psicodélico en el que me perdía y no sabía qué hacía allí, hacia dónde me dirigía y anulaba las terminaciones nerviosas que perciben el dolor, el cansancio y la agonía. Pero por momentos la desazón pesaba más y sentía que no llegaría, alcanzando en un punto mi quiebre total, llegando al llanto, producto de la frustración. Mi cuerpo, “una máquina” (¡je!) entrenada, descansada, alimentada e hidratada había sido doblegado por La Montaña y no encontraba la forma de hacerlo recapacitar.

Soy una persona muy cuantitativa por naturaleza, y mi cerebro un hervidero de cálculos: altura, tiempo, distancia, pace, hora de salida, hora actual, lo que decían los letreros vs lo que decía mi reloj, 50 metros, pausa, 500 metros, pausa más larga (sentado), cuántos snacks me quedan, cuánta agua… todas esas variables, aproximaciones y proyecciones rebotando en mi cavidad craneal, todo con el fin de poner un pie delante del otro hasta alcanzar la cima, sin mucho éxito.

Sentado a un lado del camino a un kilómetro y pico del Valle de Lilís (y faltando unos 250 metros de ascenso) me quebré y me dije que todo fue un error, que no tenía sentido continuar y debía regresar al campamento base. Una chica que venía bajando en mula me preguntó qué me sucedía y de manera automática dije “Todo está perfecto, solo necesito un par de minutos”. A los 4 minutos estaba de vuelta ascendiendo MUY despacio, y al ver la caseta del Valle volví a llorar, pero esta vez de satisfacción y alegría, porque SABÍA que lo lograría, que ese kilómetro y pico faltante lo hacía aunque me recogiesen pálido, deshidratado y desnutrido al lado del busto de Duarte. 

Al ver al patricio a unos 50 metros me invadió una euforia que pocas veces he experimentado. Soy un individuo muy poco patriótico, y aún menos religioso, pero al ver ese busto, esa bandera y esa cruz mi totalidad se estremeció y lloré como si La Patria y El Cristianismo formasen parte fundamental de mí. Grité a todo pulmón para sacar de mí esas casi 8 horas de auto-flagelación y martirio, hice las fotos de lugar y me senté 15 minutos a saborear esa merecida victoria, tiritando de frío y llorando en silencio. La bajada estuvo matizada por la ausencia de agua y snacks, pero ya nada importaba, había vencido a La Montaña, luego de creer que no lo lograría. Mientras más grande el dolor, más grande la absolución. Y este dolor fue TERRIBLE, PERSISTENTE E INMENSO:

Una experiencia que JAMÁS olvidaré y que hará de mí una mejor persona. Gracias a Miguel, Diego, Elvin y Andy de DM Adventures por la impecable organización, a todo el grupo por la excelente compañía (en especial a Franciris, siempre tan diligente) y a los guías y demás colaboradores por las atenciones y hacer esto posible. La Montaña y yo nos volveremos a ver en octubre, de momento estoy arriba 1-0.

Nuzz

[Re]encuentros [in]esperados.

Tengo ojos para ver en esta noche/
Algo de lo que soy, tengo el oído oyendo…”

Quiero vivir – Robi Draco

La aleatoriedad, y admito que un poquito de ayuda de mi parte, nos llevaron a coincidir una vez más. Esperé una eternidad ese instante, y se dio de lo más casual, natural y orgánico. Bastó un “Vamos!” tuyo para desencadenar una serie de eventos que me llevaron a sumergirme nuevamente un poco en ese microcosmos que es tu vida.

Mis expectativas quedaron más que satisfechas: tu sonrisa sigue siendo un poema azul, una canción de Deep Blue Something, un tiempo en suspensión. Tus ojos no cambiaron, siguen escondiendo esa iridiscencia intermitente detrás de tus largas pestañas. Tal como dijiste, tu esencia se mantiene, a pesar de los embates y triunfos, de los cambios de fuera y de dentro, de esa continua prueba y error que es la existencia misma.

Fueron 106 minutos de evocarnos, de palpar la sutil memoria de las miradas, de sabernos nuevamente, a pesar de los tantos largos diciembres, de las ausenciasnegaciones, de las pausas y autoengaños, y de ese último poema. Fueron 106 minutos sin desperdicios, en los que el velo de mis temores se deslizó sobre mi rostro y me permitió volver a verte sin ansiedades ni espasmos. Tu nombre ya no es un mito. Tu presencia ya no es mi pesadilla.

No esperaba ese reencuentro, y a la vez lo esperé por tanto tiempo. No espero que se repita, y espero con tantas ganas que sí lo haga. Al respecto solo sé una cosa con plena certeza: estoy agradecido de que ocurriese. Soy un caso, también lo dijiste.

Nuzz

Diosa.

Buscar. No es un verbo, si no un vértigo.
No indica acción.
No quiere decir ir al encuentro de alguien, si no yacer porque alguien no viene”.

Alejandra Pizarnik

 

Artemisa silenciosa/
musa de carne y hueso/
dominatriz del olvido/
diosa de lo perverso//

Pura, sencilla, cruel/
extracto del deseo/
enigma de mujer/
Medusa, yo Perseo//

Cubres tus intenciones/
entre pérfidos planes/
haces, deshaces, dictas/
con simples ademanes//

Me quitas el aliento/
lo devuelves de a poco/
me exprimes, me consumes/
muero cuando te toco//

Apúrate, ven, hazte mía/
humedece mis rosas/
complace mis anhelos/
con tus dotes de Diosa.//

Nuzz

Quiero vivir.

Creo que son como yo, llevan mi nombre…

Quiero vivir – Draco Rosa.

Hoy me reuní una vez más con mi noche, y enfrenté nuevamente la obscuridad que habita en mí. Ese descenso fue  resultado en parte de los excesos de la noche anterior, en parte de visitar esos espacios que dieron origen a tu historia y que están impregnados de ti, y en parte de esa sensación de domingo al atardecer que casi a todos nos invade cada semana. Hoy podría decir que perdí la pequeña batalla cotidiana contra mi mente, pero eso no es más que un recordatorio de que avanzo, porque tenía acumulada una buena racha de victorias.

Avanzo hacia ese delicado equilibrio entre acciones, emociones y pensamientos. Avanzo, aspirando a vivir como nunca he vivido, con el sol en mi rostro y mis manos al cielo, el pelo alborotado mientras canto a todo pulmón y una sonrisa efervescente en los labios. Quiero vivir como si ser feliz fuese una cuestión de vida o muerte, recorrer más senderos desconocidos, escalar montañas porque están ahí, conocer gente, armar proyectos, que fracasen y con sus restos armar otros. Quiero vivir entre un flujo constante de experiencias nuevas, correr incontables kilómetros y transformar mi cuerpo en una máquina eficiente y voraz. Quiero vivir como nunca he vivido, quiero volver a vivir como antes del naufragio.

Nuzz

Querer no es poder.

No siempre querer es poder, pero siempre es el primer paso“.

-Anónimo

CUASIMONÓLOGO PRE-LARGO DICIEMBRE:

-¿Te veré algún día? Ya casi olvidé tu rostro. Recuerdo tu presencia, tus formas y ademanes, y quiero verlos nuevamente.

-Sí, pero me viste el otro día.

-Eso no cuenta señorita. Te vi, pero no pude contemplarte. Quiero con mis ojos volver a navegar despacio en tus facciones, percibir los microdetalles de tus pestañas, tus pequeños dientes y la noche que habita en tus ojos. Quiero, y eso hace una infinidad me lo negaste, volver a verte reír genuinamente, feliz por la vida, porque todo está bien y estás en equilibrio emocional, laboral, físico, familiar y social. Quiero (re)encontrar ese pedacito de instante en el que miras hacia abajo porque te sostengo por mucho tiempo la mirada, algo muy tuyo, que siempre me hice de cuenta que era <solo> conmigo (no me digas que no lo es, aunque así sea). Quiero sentir tu presencia al menos una vez más, esa energía que emana de ti, esa efervescencia única y escasa en el mundo. Quiero dejar de ser un viejo, polvoriento y a veces mal recuerdo, quiero volver a ser presente, aunque sea distante, ocasional y breve. Quiero que este, el quinto luego de tu <última> [part]ida, no sea otro largo diciembre, y poder desearte un feliz año nuevo en persona [le envía la canción por 285,352-ésima vez]:

Nuzz

Nuevo final.

That’s all Folks

-Porky

Tantos finales: este, este otro, otro y oootro. Ya parece un tiovivo, un carrusel, carrete de emociones, cajita musical que repite su insidiosa melodía cada cierto tiempo. Esta vez parece doler más que nunca, pero no es cierto, simplemente es más reciente e inesperado. Todos los finales se sintieron así en su momento, y aquí estamos. Pensé era una broma, y hasta cierto punto lo es. Luego de regodearme sin clemencia ante ti, el hijueputa karma manda la factura por WhatsApp y despierta a La Bestia devoravidas.

Este nuevo final, OBVIO, no será el último. Pero primero hay que cerciorarse de que es un verdadero final, y esto es engañoso, porque posterga el desenlace y, con él, el drama, dolor y sufrimiento. Luego vendrán otros comienzos, otros descrubrirse mutuamente, otros explorar cuerpos y emociones, otras noches de charlas y silencios, de alcohol y seducción, baile, misterios y sexo lujurioso, [¿]pero no contigo[?]. Mientras, debo mantener viva esa luz que me caracteriza y que (¡oh sorpresa!) en estos días siento apagarse con más frecuencia de lo que jamás pensé lo haría por ti (¡iluso!).

Como es costumbre, no deja de titilar en mi cerebro el “pudo ser”, siempre tan tarde, siempre tan torpe, siempre tan irónico. Te fuiste en silencio, luego de gritarle al oído a un yo sordo de egoísmo, y ya no estás. Mi caída es [¿fue? ¿será?] más estrepitosa de lo que todos (tú, yo, los intermediarios de la relación, ¡todos!) esperábamos. Si dios existe debe estar muerto… de risa. Ahora recojo mis motetes con una lentitud nada fortuita, a la espera de alguna señal tuya (que sé no llegará) para dejarlos caer y crear ese nuevo comienzo contigo y con calma (¡iluso!). Divagaciones de una mente endeble y traumada. Mundos ficticios creados con los trozos de aquel futuro que pudo ser (¡Ja! ¡Helo ahí otra vez!) tan bello y que yo mismo destrocé.

La fiebre volverá, de nuevo, mientras afuera el frío embiste y adentro el vértigo crece al mirar a los ojos este final, este otro final, este nuevo final. Adiós aventajada alumna. Adiós maestra imprevisible. Reíste al último, ríe mejor.

Nuzz

La Bestia.

Depression is being colorblind and constantly told how colorful the world is.”

— Atticus

Dentro de mí vive una Bestia. Se alimenta de sí misma y, al ser parte de mí, me devora junto a ella. Duerme en silencio por meses o años, y a veces despierta brevemente sin motivo aparente. Pero cuando un desliz, un rechazo, la presión o un fracaso la despiertan, me hace arrastrar los pies y evita que vea el sol. Su vigilia es omnipresente y persistente. Una incesante nada en mi interior.

La Bestia no tiene nombre, ni horarios, ni objetivo. Su razón de ser es devorarme desde dentro, sin prisas ni exabruptos. Sus inmensas fauces engullen TODO lo que le doy, todo lo que tengo, todo lo que soy. Es insaciable, mas nunca pide nada. Simplemente está ahí durmiendo, y al despertar, su hambre voraz come, digiere y vuelve a comer, a veces hasta verme consumido casi por completo.

La Bestia me acompaña desde niño, y solo en mi adultez supe quién era. Ahora está de vuelta inesperadamente, y al llegar es difícil vislumbrar cuándo (e incluso si) volverá al letargo en el que usualmente se encuentra. La Bestia solo morirá cuando yo muera, pero sé que tarde o temprano ha de dormir, y volverá mi paz. Mientras, debo encontrar bocanadas de oxígeno en los detalles, micro-instantes que ayuden a continuar. Debo inspirar profundo y darnos aire, porque el aire trae su sueño y mi luz interior.

Esta vez La Bestia vino con tu partida. Y, como es usual en estos casos, no sé distinguir el vacío que dejaste de aquel que crea La Bestia. Lo único seguro es que cuando ella vuelva a su sueño, ni tú ni este vacío ya estarán, y ojalá para ambos que en ese glorioso e inevitable momento, en mí quede algo tuyo que recordar.

Nuzz

~Eterno~ resplandor de una mente sin recuerdos.

How happy is the blameless vestal’s lot! / The world forgetting, by the world forgot / Eternal sunshine of the spotless mind! / Each pray’r accepted, and each wish resign’d.

-Alexander Pope

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos:

La memoria es una trampa,
una maraña de olores,
El tiempo se roba todo,
las risas y los colores…

Tú,

dispuesta, ingenua, callada,
caíste, presa inocente,
en las redes de ese juego,
que suele jugar la mente…

Conocíamos las reglas,
y las seguimos un tiempo,
pero el deseo y el afecto,
dominaron tus adentros…

Y yo,

absorto en mil devaneos,
me distraje de tu enojo,
asumí era ruido blanco,
lo que gritaban tu ojos…

Y ahora, discreta, te alejas,
sin avisar, “lo correcto”,
ya no eres ni ruido blanco,
somos nada, eres silencio…

Ahora hiervo en ansiedades,
mi cerebro resplandece,
fabricando distracciones,
a ver si te desvaneces…

Se diluirá tu presencia,
volveremos al olvido,
y en mis visitas seremos
no más que dos conocidos…

Una a una irán cayendo,
las memorias, los recuerdos,
Un resplandor duradero,
pero finito, no eterno.

Nuzz

El país que fuimos.

“Nada es permanente, excepto el cambio”.

-Heráclito

Un tropo frecuente en el imaginario colectivo dominicano es que nuestra sociedad es la misma de hace 20, 40 e incluso 60 años. Joaquín Balaguer dominó el escenario político por tanto tiempo y con tal inmovilismo, que sembró las semillas para lo que ha resultado una inmensa resistencia a los cambios económicos, culturales y sociales.

Nuestros padres (nací en 1983) fueron indiferentes a, formaron parte de o fueron perseguidos, apresados, torturados y asesinados por el régimen balaguerista durante los infames 12 años. En los 60’s República Dominicana era un país predominantemente rural y analfabeto, con poco espacio para la disidencia ideológica para quienes alcanzaban un nivel de formación que le permitiese adherirse a una ideología. Veinte años después las formas cambiaron, pero el trasfondo era el mismo: un estado omnipresente y casi omnipotente que velaba (ahora con un poco menos de violencia) por mantener el status quo a toda costa.

A finales de los 90’s (yo era todo un adolescente) vivimos uno de los períodos más estimulantes de la historia pseudodemocrática de nuestro pedazo de isla. De la mano de la apertura comercial y liberalización económica y financiera, se dieron una serie de avances institucionales que sirvieron de base para elevar ligeramente la calidad de vida de las clases menos favorecidas. Adicionalmente, se priorizó el tema educativo (al menos en el discurso), se incrementó la inversión en capital físico y tuvimos un primer acercamiento a la era digital. Todo esto nos puso a soñar, en mi caso, a lo grande, con una República Dominicana más educada, plural, cosmopolita, productiva y avanzada tecnológicamente.

Esos sueños se vieron interrumpidos por un crisis financiera gestada en los 80’s y que explotó en 2003 y por el posterior resurgimiento del balaguerato en su versión 2.0, con internet y la misma ambición del poder por el poder (irónicamente, quien fuese el arquitecto de la revolución institucional y tecnológica en la antesala del milenio fue quien revivió a Balaguer y le inyectó esteroides). Lo sucedido a continuación es una retahíla de pleitos, acuerdos obscuros, pactos con el diablo, puñaladas, separaciones, reapariciones y reencuentros que tienen como eje central la lucha por el poder. Esa lucha deja detrás una inmensa estela de corrupción y corruptela estructurada y blindada con el fin de garantizar el capital que fondea cada batalla.

Sin embargo, República Dominicana no es el mismo país de los 90’s o incluso de principios de este siglo. A pesar de que la corrupción sigue siendo un mal inherente a la forma en que funciona nuestra sociedad, ha habido un cambio fundamental respecto al país que fuimos: las importantes conquistas en materia de libertades individuales y colectivas. Pensar, opinar, expresarse, asociarse y manifestarse ahora está garantizado (con ciertas excepciones). Esos son derechos que muchos damos por contado, porque nacimos y/o crecimos teniéndolos, pero los mismos pueden y quieren ser coartados por sustratos del pensar retrógrada o estático que considera todo cambio una amenaza.

Sin esas libertades es muy difícil (por no decir imposible) continuar la construcción de una sociedad próspera y justa para todos y todas. República Dominicana aún no es todo lo que quiere y puede ser en materia de bienestar social, educación e institucionalidad, pero definitivamente no es la misma de antes, pues ahora hay más libertad, y sin esta no hay aquellas.

Nuzz

Un Mundo {FELIZ}.

Hace un montón de tiempo leí un librito titulado Amusing Ourselves to Death: Public Discourse in the Age of Show Business, cuya tesis central es que en la era del entretenimiento y con la masificación de la TV, todo pasó a ser un espectáculo, un show, un performance. Somos adictos a lo entretenido, y el constante e inmenso flujo de información que nos entra por los ojos y oídos supera con creces nuestra capacidad para procesarlo.

En la actualidad, el internet y los dispositivos móviles sirven de canal, y a la vez de origen, a esa infinidad de memes, videos, pifias, bromas, productos, promesas, ideas, proezas, tuits, bailecitos y frases cliché. Vivimos en un continuo descubrir personajes, situaciones, hechos y eventos irrelevantes e innecesarios, con cada vez menos tiempo para digerir las sutilezas y apreciar las texturas del sujeto o de lo acontecido. En medio de ese apoteósico devenir aún se cuelan y perciben pequeñas partículas cotidianas de paz mental e introspección, cada vez menos frecuentes.

Si bien el libro hace referencia a la transformación del discurso público en un producto mercadeable, la democratización del acceso a contribuir a este disurso trajo consigo una realidad mucho más compleja y aterradora. En la actualidad el principal ingrediente de la soma que nos aturde es generada por el colectivo del que formamos parte. Esta droga la consumimos voluntariamente, a la vez que brindamos a quienes la sintetizan los medios para monitorear cada especto de nuestra existencia y así crear más espacios en los que generar más y más materia prima. Esta simbiosis se erige como una espiral vertiginosa con consecuencias que escapan mi entendimiento.

Así somos felices, buscando likes, retuits y comentarios. Valorando nuestro bienestar en función de la aceptación por parte de una infinidad de desconocidos que nos “siguen” y son nuestros “amigos”. La búsqueda de reconocimiento se ha convertido en algo tan trivial que Fukuyama debe tener pesadillas todas las noches. El Gran Hermano, que no es ya una entidad veritcal y monolítica de carácter estatal, si no una serie de entidades privadas de corte capitalista (por lo que podríamos hablar de los Grandes Hermanos), garantiza una “felicidiad” permanente e ininterrumpida, pero artificial y endeble.

Este Mundo {FELIZ} en que vivimos es una realidad orwelliana con la opresión y el autoritarismo explícitos siendo sustituidos por dosis minúsculas pero continuas de estímulos fugaces que asociamos con bienestar. Los engranajes de esta maquinaria funcionan tan bien, que nosotros mismos somos los generadores de la mayor parte de esos estímulos, para consumo de nuestros iguales.

Nuzz

El racismo en EEUU como un problema de condiciones iniciales.

It may be true that the law cannot make a man love me but it can keep him from lynching me and I think that is pretty important, also.

-Martin Luther King Jr.

En EEUU la leyes Jim Crow fueron un conjunto de leyes estatales y locales que IMPONÍAN la segregación y discriminación racial. Estas fueron anuladas con la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derecho al Voto de 1965.

Es decir, cerca de un 16% de los estadounidense actualmente vivos (+50MM de personas) tenían al menos 10 años de edad cuando en EEUU aún negros y blancos POR LEY no podían casarse, ir a las mismas escuelas, usar el mismo transporte público, ni VIVIR en los mismos sectores. Más de un 29% (+92MM de personas de +55 años) nacieron bajo ese sistema LEGAL de discriminación activa y proactiva, y fueron criados por padres que vivieron gran parte de sus vidas bajo esa normalidad. ¿Son todos ellos racistas? ¡Jamás! Muchos lo ignoraban, otros se oponían, PERO…

Como lo veo, más de 100 años de esclavitud y luego 100 años más de discriminación obligatoria tienen repercusiones culturales, institucionales y económicas que se refuerzan mutuamente, son de largo plazo y sus ecos resuenan hasta el día de hoy. ¿Por qué? Esos +200 años dieron forma a las condiciones iniciales con las que los negros en EEUU se integraron a la sociedad a partir de los 60’s. Una breve analogía con el mundo de las Matemáticas/Física:

En Matemáticas existen problemas conocidos como de valor (o condición) inicial: la trayectoria de un sistema dinámico a lo largo del tiempo está determinada por el valor inicial de las variables que lo componen. Así se modelizan muchos fenómenos físicos y económicos. Las sociedades son unos de los sistemas dinámicos más complejos que existen, y como tal, creo que al menos parte del comportamiento de algunas de sus variables está determinado por las condiciones iniciales de las mismas. Guiño a Asimov.

Las repercusiones culturales de esas condiciones iniciales me parece que, aparte de su impacto sobre las instituciones y lo económico, son perjudiciales per se, pero difíciles de cuantificar y son las que más se han diluido en el tiempo, aunque algunas siguen vigentes. En lo que respecta a lo institucional (que es el foco de las protestas actuales, “racismo sistémico”) entiendo que son importantes y las más difíciles de superar, aunque no vivo en EEUU y por tanto es complicado hablar con objetividad aquí.

Por último está el impacto de esas condiciones iniciales en lo económico/financiero: el nivel de ingreso del hogar es un determinante importante en los resultados académicos de los niños, lo que a su vez afecta su desempeño en el mercado laboral y, por tanto, sus ingresos futuros. Esto para la mayoría de los negros dio inicio a un ciclo de pobreza que engendra pobreza, ciclo que muchos han logrado romper, pero en la mayoría de los casos se convirtió en una espiral difícil de contener. Si seguimos esa espiral hasta su origen, terminamos en 1965 hacia atrás.

Con frecuencia se citan casos de afroamericanos que salieron de la pobreza en base a esfuerzo y obviando esas limitaciones autoimpuestas o estructurales (hay un video famoso de Morgan Freeman hablando de eso o, más recientemente, una negra gritándole a unos “SJW’s” que es libre). Pero el éxito de un subconjunto de los negros no significa que el conjunto como un todo no enfrente obstáculos injustos. Poner las fortunas de Jay-Z y Beyoncé como ejemplo es incurrir en el sesgo del sobreviviente.

La realidad es que esos obstáculos existen y son medibles. Tres ejemplos: (1) escuelas predominantemente negras reciben un 16% menos fondos públicos que aquellas predominantemente blancas. En algunos estados esa disparidad alcanza el 46%. (2) Los conductores negros son detenidos con una frecuencia significativamente mayor que la de sus pares no negros, puede que sea por peores hábitos de conducción, pero el estudio controla con un “velo de la obscuridad”. (3) Entre 20 y 45% de la diferencia en la proporción de negros y blancos PRESOS respecto a ARRESTOS no puede ser explicada (entre 50 y 75% para delitos por drogas). Sin discriminación, diferencia inexplicada fuese cercana a cero y las proporciones coincidirían.

Que Oprah o Obama hayan logrado romper los esquemas raciales y alcanzado el éxito en base a esfuerzo y trabajo duro no quiere decir que el terreno de juego esté nivelado. Ese hecho habla más de su carácter y determinación que de las reglas de juegopara el conglomerado. Y claro, las condiciones iniciales INDIVIDUALES, sin importar color de piel, nunca serán las mismas. Siempre habrán “microdesniveles” en el terreno (YO tuve oportunidades y obstáculos DISTINTOS a los de mis amigos, conocidos y el resto del mundo).

Cada quien sortea esos obstáculos y aprovecha esas oportunidades como puede. Pero en el caso de los negros en EEUU el sesgo afecta a una mayoría de ellos y es producto en parte del “pecado original” de la esclavitud, perpetuado por los Códigos Negros y las Leyes Jim Crow. Estas últimas fueron abolidas hace apenas 55 años, brindando las condiciones iniciales a un sistema dinámico que aún no alcanza su convergencia y que en los últimos días ha tenido un comportamiento bastante errático.

Mientras se obvie el problema (“no existe racismo/discriminación”) o se politice para obtener votos cada 4 años sin llevar a cabo políticas públicas concretas para corregirlo, el sistema seguirá divergiendo hacia el colapso, quién sabe si total. No se puede legislar la moral, y el cambio no se puede imponer, pero en lo que cambian los individuos, el estado tiene un rol que jugar o, según MLK: “It may be true that the law cannot make a man love me but it can keep him from lynching me and I think that is pretty important, also.

Nuzz

Mis desopilantes aventuras con Aketamón y la venta de media azotea con banners de Abinader.

Dreams feel real while we are in them, it’s only when we wake up that we realize something was strange.

-Cobb, en Inception

Un conocido de mis años universitarios llamado Robin Terrero (a quien veo quizá una vez al año) y yo empezamos un proyecto de inversión: compramos un solar para hacer un edificio de apartamentos/locales comerciales. En medio de la construcción uno de los empleados resultó ser un ente sobrenatural como de otra realidad. Sin darme cuenta, yo estaba con el monstruo y dos jevas que no recuerdo quiénes eran en esa otra realidad, que lucía toda cuadriculada/pixelada (tipo Lego o Minecraft). Estando allí vivimos una serie de desopilantes aventuras que no recuerdo en detalle (todo me recordaba mucho a Blade, la película). Sé que peleamos, jugamos boliche, vencimos a un enemigo malvado y al final salvamos el día, como en Blade.

Al regresar al mundo ‘real’ ya el edificio estaba casi listo y yo estaba en la azotea con Robin hablando de cómo nos íbamos a repartir ese espacio, cuando llegó el empleado convertido en un avispón negro gigante. Nos dijo en tono medio amenazante que a él le tocaba parte del edificio. Robin se fue porque no quería problemas y me dejó negociando con el avispón, justo en el momento en que se transformó en humano. Me dijo (o supe) que su nombre era Aketamón.

Le expliqué que lo más que podíamos ofrecerle era la mitad de la azotea y contestó que no había problema. Asimismo, le comenté que había que dividir los ingresos por publicidad de unos banners de Abinader que se colocarían de frente a la calle, en la porción que le tocaba a él de la azotea. El resto yo tenía pensado usarlo para construir una cancha de basket de “3-pa-3”.

Cuando estábamos listos, le pregunté:

– Si te fuésemos a comprar tu mitad de la azotea, ¿cuánto pedirías por ella?
Él miró a su ayudante (que acababa de aparecer ahí) y dijo:
– RD$25,000.
– Vamos a darte 15.
– Ok.
– Ok.

Luego Oscar (mi hermano mayor) me reprochó que debí ofrecerle RD$10,000, que siempre vivo dejándome engañar. Lo último que recuerdo es que salimos a buscar un abogado para hacer el contrato, antes que se diese cuenta de que RD$15,000 por la mitad de una azotea con banners de Abinader era poquísimo dinero.

Nuzz

Y nada [Oda a Russell Westbrook].

Me entusiasmas,
me emocionas,
me conmueves,
me impresionas…

Exaltas tú mis pasiones,
explotas cual torbellino,
un potencial infinito,
que arrasa todo el camino…

Me sorprendes,
me ilusionas,
me turbas,
y me apasionas…

Un semidios hecho basket,
voluntad inquebrantable,
explosivo, Trueno, rayo,
una fuerza incontrolable…

Me entusiasmas,
me emocionas,
me conmueves,
me impresionas…

Un hervidero de rabia,
de hambre, sudor y sangre,
una máquina imparable,
y energía inacabable…

Me sorprendes,
me ilusionas,
me turbas,
y me apasionas…

Me haces soñar con grandeza,
con la victoria anhelada,
el triunfo, esa belleza,
Y al final…
al final no alcanzas nada.

Nuzz.