Y sí, si me preguntan… valió la pena. Y el sol saldrá, y habrá nubes que lo oculten de vez en cuando, y comoquiera brillará, por más que intentemos escondernos en las sombras del día. Y sí, se trata de levantarse y aprender cada día, cosas nuevas, aprender a quererse sólo lo necesario para no hacer daño, sólo lo suficiente para no hacerse daño. Y sí, aprender a ganar y a asumir las derrotas, y disfrutar los triunfos, y celebrar la vida cuando se tengan razones… y tratar de celebrarla aún cuando no se tengan.
Y sí, es el principio, y es largo el camino, pero ahí está, esperando por mí y no hay tiempo que perder. Y hay que perdonar y perdonarse y perdonarnos, aunque los caminos no se crucen jamás, de lo contrario la culpa y los rencores impiden caminar [condición necesaria para emprender el vuelo]. Y sí, ahí están los fantasmas, y las noches y el llanto. Pero se irán algún día, y miraré hacia atrás como antes lo he hecho y diré “Fue difícil, pero ya terminó…” y volveré a casa, saldré y las calles serán las mismas. Y existirás por siempre, de lejos, aquí dentro.
Y volverás a casa y las calles serán las mismas? Realmente espero que sea de esa manera, porque !Joder tio! creo que faltan las razones, pero sobran los motivos y deseos de que tomes la rienda de esas alas, de esa casa y de esas calles azul plateadas, para desdibujar el espiral aquel y sobrevolar el cansancio este; que nos pesa, nos abruma y nos invade, aun en la mejor de las noches y en el peor de los días. Alguien dijo que no hay retorno a la conciencia, y sabes que le creo y me parece que tu también, adelante, pues the show must go on [and on, and on, and so forth].