How happy is the blameless vestal’s lot! / The world forgetting, by the world forgot / Eternal sunshine of the spotless mind! / Each pray’r accepted, and each wish resign’d.
-Alexander Pope
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos:
La memoria es una trampa,
una maraña de olores,
El tiempo se roba todo,
las risas y los colores…
Tú,
dispuesta, ingenua, callada,
caíste, presa inocente,
en las redes de ese juego,
que suele jugar la mente…
Conocíamos las reglas,
y las seguimos un tiempo,
pero el deseo y el afecto,
dominaron tus adentros…
Y yo,
absorto en mil devaneos,
me distraje de tu enojo,
asumí era ruido blanco,
lo que gritaban tu ojos…
Y ahora, discreta, te alejas,
sin avisar, “lo correcto”,
ya no eres ni ruido blanco,
somos nada, eres silencio…
Ahora hiervo en ansiedades,
mi cerebro resplandece,
fabricando distracciones,
a ver si te desvaneces…
Se diluirá tu presencia,
volveremos al olvido,
y en mis visitas seremos
no más que dos conocidos…
Una a una irán cayendo,
las memorias, los recuerdos,
Un resplandor duradero,
pero finito, no eterno.