Un comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final.
-Ya no recuerdo
Imitando pobremente aquel otro final, me resigno nueva vez a ver subir los créditos, musiquita incluida, “in order of appearance“, fondo negro y letras blancas. No hay retorno posible ante los finales simultáneos y hasta cierto punto esperados. Todas las puestas en escena acabando al unísono: algunas tristes, otras no tanto; algunas dilatadas, otras abruptas; algunas definitivas, otras… bueno.
¿Próxima parada? El infinito. ¿Quién sabe si hacia allá se dirigen las musas ya muertas, veladas y enterradas? ¡Nadie! Y no importa, nunca importó. Despierto, y es un día soleado afuera, suena ‘Everyday is like sunday‘ y es como si hubiera un avance después de que casi todos dejan la sala. ¿Secuelas? Probablemente. ¿El mismo elenco? Veremos. ¡Prendan ya las luces!
¡Au revoir tristes gotas! ¡Adiós!