Entre Gómez y Leopoldo.

Voy subiendo la Gómez, doblo a la derecha en la 27, cuando en el carril del centro encuentro un carro público montando un pasajero. Cojo el quille correspondiente al susto de tener que girar bruscamente hacia la izquierda, pienso “Ese “$%&·@~€! debería pararse a la derecha!!!”. Al mirar por el retrovisor veo que todo el carril derecho está inundado por el aguacero que cayó en la tarde, “Seguro el desagüe está tapado, maldito gobierno, no le da mantenimiento a las infraestructuras, aunque es seguro que está tapado por la basura que arrojamos todos nosotros a la calle, porque la mayoría de las veces no hay zafacones, o porque no dan educación cívica en los hogares ni en las escuelas, y en parte es culpa de las autoridades….”

El semáforo da verde, acelero y subo el radio, pasó el quille.

1v4nuzz

Duathlon [o “Cómo esforzarte al máximo para regalarle un Absolut a Mr. Ro”].

Ronald me instó a participar en un duathlon en el Parque Mirador Sur que consistía en hacer 5 kms corriendo, 20 en bicicleta y 2.5 corriendo. Las categorías eran en pareja y en relevo. Él iba en pareja con su mejor amigo Kenji y yo le dije que iría con Felvic [a.k.a. Kay], mi insomne-estudiante-de-medicina-bebedor compañero de habitación durante los 3 años que viví en la CUM. Me puse de baboso a decirle a Ronald que apostaba una botella de Absolut a que llegábamos primero que ellos. Jajajajaja, ILUSO!!!

Antes que todo, estoy orgulloso de haber terminado la competencia, aunque lo haya hecho en más de una hora y 40 minutos y Ronald me sacó como 10 minutos de ventaja.

Primero, la noche antes de la competencia no teníamos cascos, eran obligatorios y salimos a comprar: Era Sábado a las 9:35 p.m. y sólo habían malls abiertos. Multicentro Churchill, nada; Plaza Lama de la 27, nada; Cuesta de la 27, cerrada. Al final Mr. Ro consiguió dos y nos fuimos a ‘acostar temprano’ para estar ready por la mañana. A eso de la 1:15 a.m. le estaba enseñando a Felvic un video de Kenji en Youtube haciendo skydiving para que se familiarizara con su adversario, la competencia era a las 7.

Temprano comimos corn flakes y le dimos pa’ allá. Cuando llegamos me empecé a dar cuenta de que la cosa era más profesional de lo que imaginé: Todo el mundazo traía sus bicis en racks, los únicos que no llevabámos lycras éramos Kay y yo y llovían las gafas de ciclismo, pedales con forma de tennis, bicicletas desarmadas, cascos ultra-aerodinámicos, triple suspensión, piernas de acero, abdomen plano…

Mi bicicleta, préstamo de Juan Arturo, tenía un baño de óxido, no era de ruta y sonaba “cui, cui, cui” [¿se imaginan, no?], Felvic llevaba un sudador que afectaría significativamente su aerodinámica y aún así seguíamos revestidos de cierto optimismo que se desvanecería después de los primeros 2 kilométros corriendo.

Nos juntamos con Ronald, quien andaba con Kenji, sus dos hermanas y un par de panas ahí, uno de los cuales parecía el hijo no reconocido de Chuck Norris. Se suponía que como el compañero de Ronald estaba un poco en sobrepeso y un poco fuera de forma, Felvic no debía tener problema en adelantarle y de ese modo contrarrestar la ventaja que Ronald me sacaría a mi. Todavía después de conocer a Kenji, sentíamos que iba a ser una competencia cerrada, ellos detrás. ¡¡¡ILUSOS!!!

Arrancó el asunto y de inmediato empezó a llover, yo iba al lado de Ronald y detrás venían Kenji y Felvic. Supe que algo andaba mal cuando (justo al pasar los primeros 800 metros) mi pareja preguntó: “¿Se supone que yo deba estar cansado ya?”. Ahí mismo todo se fue a la misma mierda. Al llegar al cono que marcaba los 2.5 kms (donde debíamos retornar) miré hacia atrás y sólo ví a Kenji, ni rastro de Felvic. Al parecer no escuchaba [o los escuchaba y no les hacía caso] mis motivadores gritos de “DOCTOR MUÉVASE!!!”.

Ronald me recomendó esperarlo, yo le dije que no valía la pena y a la vuelta me lo encontré de frente haciendo la seña esa que significa “córtale”, “dejémoslo ahí” o “bájale un chín”. Ronald redujo para esperar a Kenji y yo decidí irme a solas, no había arreglo para lo de Felvic.

Ya en la bicicleta, la historia la recuerdo fragmentada, como flashes, instantes diversos: Ronald empujando a Kenji, Ronald tirando de Kenji, Juan Arturo tirándole fotos a un lago, alguien que me gritaba “vamos, vamos!!!”, Felvic caminando, Felvic con la lengua afuera, Felvic… ¿dónde está Felvic?, el sol saliendo, Juan fotografiando el sol, vuelve a llover, una jeva buenísima que me pasa como un cohete por el lado, Kenji casi caminando, Ronald no se cansa el desgraciado, Juan haciéndole fotos a la ciudad, un tipo barrigudo que me pasa como una oruga, Gatorade, ¿dónde está Felvic?, “Juan hijo de puta, ha’me fotos a mí!!!”, la meta, la medalla de participación, los chistes y el Absolut que le debo a Ronald y Kenji.

En un momento me encontré al lado de la hermana de Ronald que participó en el Duathlon, Maggy. Nos miramos, pasamos un par de palabras de motivación mutua y nos despedimos, ella alejándose hacia adelante. Me dije que si no iba a ganarle la apuesta a Ronald, por lo menos debía vencer a su hermana, que por orgullo debía llegar antes que ella. ILUSO!! Intenté con todo lo que me quedaba y la maldita no hacía más que ponerse cada vez más chiquita, y más chiquita, hasta que en la curva la perdí. Nos reencontramos en la meta.

Al final resultó que Kay se saltó una de las cuatro vueltas en bicicleta [sólo recorrió 15 de los 20 kilómetros], por lo que terminó primero que yo. Los organizadores no se dieron cuenta [o, como llegamos +/- 1 hora después del primer lugar, decidieron darle la medalla a ese infeliz]. El hijastro de Chuck Norris terminó en tercer lugar y el primero y segundo imagino que se fueron a dormir cuando yo iba por mi primera vuelta en bicicleta.

También recuerdo el nick de Felvic ayer en la tarde, después de la competencia: “Ya descubrí cuál NO es mi deporte favorito: El maldito Duathlon!!!”. Ahora duele el cuerpo, debo un vodka y todos se burlarán de mí un par de días, pero lo haría de nuevo si tuviese que. Sé que Felvic no.

1v4nuzz

Sueño repetido.

Volvió a posarse lento,
las alas silenciosas,
el Oniro incorpóreo
que irrumpe en ocasiones,
trayendo entre sus garras
lo que damos por muerto.

Desenrrolla el papiro
que contiene los nombres,
los rostros, la presencia,
el estar, el ahora,
confusión y desorden,
cuestionamiento infértil.

Hipnos se regocija
por la labor del hijo,
sábanas arrugadas,
se percibe el mareo,
la noche se eterniza,
se me enreda en los dedos.

Las máscaras ocultan
las verdaderas causas,
las miradas vislumbran
la farsa del instante,
el despertar renueva,
el sol me trae sosiego.

1v4nuzz